“Santa Inquisición”: Métodos de tortura. I

 
 
 


Desde 1184 hasta 1965 la Iglesia Católica se dedicó a culpar, detener, juzgar y condenar a muerte a millones de personas (nombradas como “paganos” y “herejes” por los benévolos y moralmente superiores cristianos que les enjuiciaban) tan solo por no seguir las normas morales que ellos mismos dictaminaban como correctas.

En su infinita misericordia y siguiendo el ejemplo divino dado en las escrituras, el tribunal inquisitorial de la Iglesia Católica utilizó una serie de invenciones propias del más retorcido de los sádicos criminales.

Algunos de los versículos usados por la Iglesia Católica durante la inquisición como excusa para cometer esos crímenes y castigos.

El ejemplo de moral divino ofrecido por Dios en las “Sagradas escrituras” era el canon a seguir. Siendo esto así no es raro que una sociedad crédula y supersticiosa alimentada por la religión y el miedo que sustentaba una institución corrupta se dejara guiar por ellas sin dudarlo.(“Solo hay dos cosas infinitas…”- Einstein)

EX 21:17, LE 20:9, DT 21:18-21 Un niño que maldice a su(s) padre(s) debe ser condenado a muerte. A un hijo tenaz y/o rebelde también se le debe dar muerte.

EX 22:18, DT 18:10 Una bruja o brujo debe ser condenado a muerte. (Nota:ya sabemos todos lo peligrosas que son personas como Aramís Fuster, Rappel, etc)

EX 22:20 Cualquier persona que se sacrifica a los dioses de otros debe ser destruido.

LE 19:31 No consultar a los médiums o magos.

LE 20:10-12, DT 22:22 Los adúlteros (en algunos casos) debe ser condenados a muerte.
LE 20:13 La práctica de los varones homosexuales han de ser condenado a muerte. (Nota: la homosexualidad femenina no es considerada en el Antiguo Testamento aunque NT. Véase RO 1:26-32.)
LE 20:14 Si un hombre tiene relaciones sexuales con la mujer y su madre, tanto él y su madre-en-ley, los tres deben ser condenados a muerte.
LE 20:15-16 Si una persona se involucra en relaciones sexuales con un animal, tanto el animal como la persona deben ser condenados a muerte.

LE 20:27 Un médium o asistente (espiritista) será dado a la muerte.

LE 21:9 Si la hija de un sacerdote se convierte en una prostituta, ella será quemada con fuego.

LE 24:16 El que blasfema el nombre del Señor debe ser condenado a muerte.

DT 4:19 Tenga cuidado al mirar las estrellas y los planetas; no debe ser tentados a adorarles a ellos.
DT 13:2-5 Cualquier persona que hace a alguien a su vez adorar a otro dios debe ser condenado a muerte.
DT 13:6-10 Un hombre está obligado a matar a sus amigos y miembros de su propia familia que sean culpables de adorar a otro dios.

DT 17:12 Un hombre que muestra desprecio por un juez o un sacerdote debe ser condenado a muerte.

DT 22:5 Uno no debe usar la ropa del sexo opuesto.

DT 22:13-21 Una novia en las que “las señales de la virginidad” no se encuentran será llevada a la muerte. (Nota: El novio, que acusa falsamente a su novia se salva solo con una multa)

DT 22:23-24 Una virgen desposada que es seducida en la ciudad será llevada a muerte a menos que pida gritos de ayuda.
DT 22:28-29 Una virgen que es violada debe casarse con su violador (si es “encontrado”).

Mt 5:28 Cualquiera que mira a una mujer deseándola, comete adulterio en su corazón.

MK 10:2-12, LK 16:18 El divorcio es malo, y volver a casarse es cometer adulterio.

RO 13:1-4, PE 2:13-14 Sométanse a toda institución humana. Todas las autoridades (leyes y gobiernos) son de Dios.

1CO 6:1-8 Los cristianos nunca deben ir a los tribunales unos contra otros, sino que, en cambio, dejarán a la iglesia resolver sus diferencias.

NC 2:8 La filosofía (Y con ella,claro esta, todo pensamiento critico, racional, el conocimiento y la sabiduría) debe ser evitada.

TS 1:10-11 Hay muchos que deben ser silenciados.

2 Jn 1:9-11 No permitan que nadie entre a su casa que no sea un creyente.

Cuando una “bruja”, “mago”, adultero, homosexual, pagano, blasfemo o hereje (cristiano que niega algunos de los dogmas de su religión) era llevado a juicio se le aplicaban diversos métodos de tortura.


AUTOS DE FE

-Autos de fe generales: se pronunciaban sentencias de relajación al brazo secular para que éste dictase sentencia de muerte por fuego. Se celebraban en la plaza pública, con las
autoridades y corporaciones de la localidad presente (además de la muchedumbre que acudía a ellos como auténticas fiestas). El juez ordinario debía pronunciar las sentencias de
muerte. En ocasiones eran convocados con un mes de anticipación, se celebraban en días festivos y constituían todo un acto de solemnidad, pretendiendo ser demostración de la fe y la unidad doctrinal de un pueblo.

-Autos de fe particulares: se celebraban sin aparato ni solemnidad, en una iglesia y sin asistencia de autoridades ni corporaciones. Podían dictarse relajaciones del brazo secular.

-Autos de fe singulares: destinados a un solo reo. Se celebraban en salas del tribunal, y recibían el nombre de “autillos”.

Su origen se remonta a la Inquisición medieval y su momento de auge se sitúa en los siglos XVI y XVII en Roma, España y los países de denominación castellana.

La noche anterior a su celebración se comunicaba la sentencia los condenados a muerte, y una procesión recorría las calles de la ciudad para poner una cruz verde como signo de la Inquisición, en la plaza destinada al acto. Al día siguiente, después de la comida, se iniciaba una procesión en la que los condenados iban vestidos con sus correspondientes “Sambenitos” y tocados con corazas. Se colocaban en el lugar donde iban a ser quemados y se procedía a la lectura de las sentencias, un sermón y el juramento de la Inquisición.


Las torturas inquisitoriales.

Ataduras e instrumentos usados como tortura.


Estos instrumentos se usaban para inmovilizar al reo causándole graves heridas e infligiéndole gran dolor. Servían como soporte a otras torturas y eran los más comunes.

Los grilletes han sido utilizados desde época antigua. Según diversas fuentes, ya los egipcios conocían las cadenas y las utilizaban para engrilletar a los esclavos y a los reos de delitos de cualquier índole. En las mazmorras medievales era muy habitual tener colgados de brazos o muñecas a los presos, por medio de unas cadenas adosadas al muro, finalizadas en argollas. Las víctimas podían permanecer de esta manera durante tiempo indefinido, provocando a corto plazo, inmensos dolores, calambres y luxaciones; y a largo plazo, la invalidez total de las extremidades superiores e inferiores.




Collar penal y "la cometa del obispo": Hay muchos tipos de ataduras que ligan a personas a pesos inhumanos: tobilleras, muñequeras, cinturones, collares…

El condenado debía llevar consigo éstas cargas durante largo tiempo: semanas, meses, años o incluso toda la vida. El bloque de la fotografía lleva una cadena con una anilla para el cuello en el extremo. La piedra, de doce kilos, se sujetaba con las manos, en cualquier momento y lugar. La víctima sufría un mortal esfuerzo, y la abrasión del cuello y los hombros, con la consiguiente infección y gangrena, que no solían ser mortales en los primeros meses.

La cometa del obispo: No se sabe la etimología de cm denominación, la cual aparece en algunos documentos toscanos de 1600.

El instrumento que aquí describimos es un aparato de sujeción, similar a otros que se conocen en todo el mundo. Una especie de bola que generalmente iba sujeta a unas cadenas, las cuales se ceñían a la pierna del prisionero quedándole la otra libre lo que le permitía moverse, sujeto a esta tortura en ocasiones lo dejaban morir.

Es probable que este Instrumento lo utilizasen para el castigo de prisioneros condenados a trabajos forzados, o empleados en el mantenimiento de carreteras y edificios militares Toscanos. La utilización de este instrumento se remonta al 1500.




La mordaza o barbero de hierro: Este artilugio sofocaba los gritos de los condenados para que no estorbaran la conversación de los verdugos. La “caja” de hierro del interior del aro es embutida en la boca de la víctima, y el collar asegurado a la nuca. Un agujero permite el paso del aire, pero el verdugo lo puede tapar con la punta del dedo y provocar la asfixia.
A menudo los condenados a la hoguera eran amordazados de ésta manera, sobre todo durante los autos de fe, porque sino los gritos interferirían con la música sacra.

Giordani Bruno, culpable de ser una de las inteligencias más luminosas de su tiempo, fue quemado en la plaza del Campo dei Fiori en Roma en 1600 con la mordaza de hierro provista de dos largas púas, una de las cuales perforaba la lengua y salía por debajo de la barbilla, mientras que la otra perforaba el paladar.




Las armas o instrumentos del carcelero: Las armas para carceleros se distinguen de las armas militares porque no son adecuadas para la guerra, ya que los enemigos van provistos de corazas y armados, pero son muy útiles para controlar la turba de prisioneros semidesnudos, evidentemente desarmados.

En el “agarracuellos” (a la izquierda) se puede observar el aro con la abertura en forma de trampa a un extremo de un asta de dos metros de longitud. Un preso, o cualquier fugitivo que intentara escapar de un alguacil escondiéndose entre la multitud, es fácilmente capturado: una vez que el cuello es aferrado por la trampa, no hay otra posibilidad que seguir al captor.




Pinzas, tenazas y cizallas se utilizaban al “rojo vivo”, aunque también frías para lacerar o arrancar cualquier miembro del cuerpo humano, y eran otro elemento básico más entre las herramientas de todo verdugo.

-Las tenazas se utilizaban preferentemente ardiendo para las narices, dedos de las manos y pies y pezones.
-Las pinzas alargadas, servían para desgarrar o abrasar el pene. Como queda explicado en la parte de la pera oral, rectal y vaginal, los genitales masculinos siempre han gozado de una especie de inmunidad. Sin embargo, en toda la larga serie de torturas, también se dan raros casos de castración, extirpación del pene e incluso amputación de la tríada completa. Las partes seccionadas a menudo eran quemadas dentro del puño de la víctima.

Éstos castigos no se aplicaban por actos de violencia contra la mujer como se podría pensar, sino más bien por intentos de violencia o conspiraciones contra gobernantes o príncipes. La violación extra-matrimonial raramente era castigada, y la violación matrimonial siempre ha sido sacrosanta.




Látigos: Hay gran variedad de látigos. Entre ellos, los hay de dos, tres y hasta ocho cadenas provistas de abundantes estrellas o/y hojas de acero cortante que se usaban y se usan para flagelar el cuerpo humano. Para desollar se utilizaban látigos de muy diferentes tamaños; gigantes como “el gato de nueve colas”, que podía lisiar un brazo y un hombro de un sólo golpe, o finos y pérfidos, como el “nervio de toro”, que con dos o tres golpes podía cortar la carne de las nalgas hasta llegar a la pelvis.
El látigo de desollar se empapaba en una solución de sal y azufre disueltos en agua antes de utilizarlo, lo que unido a sus estrellas lo convertían en una herramienta destructiva y muy útil para el torturado. La carne, al ser golpeada, se convertía en pulpa, dejando a la vista diferentes órganos internos.

Los látigos se siguen usando en la actualidad. En esta fotografía se incluyen: un látigo de cadenas formadas por eslabones planos y ovales, afilados como cuchillas en forma de hojas; otro de cadena doble con cuatro pesadas estrellas de hierro en la punta; y un fragmento de un látigo del siglo XIV, denominado corona de espinas en honor a Jesucristo.




Torturas para el castigo ejemplarizante y la humillación pública.


Se trataba de objetos que se le colocaban al reo para humillarle ante los ciudadanos; éste era insultado y maltratado por la muchedumbre mientras el verdugo multiplicaba su tormento, de distintas maneras, según cuál fuera el instrumento que se impusiera. Estos instrumentos de condena se imponían por las causas menos graves, como desobediencia, desorden público, a los vagos, borrachos y a quienes no cumplían con sus obligaciones religiosas.

Un ejemplo de este tipo de tortura es la flauta del alborotador: en este instrumento, hecho de hierro, el collar se cerraba fuertemente al cuello de la víctima, sus dedos eran aprisionados con mayor o menor fuerza, a voluntad del verdugo, llegando a aplastar la carne, huesos y articulaciones de los dedos.




Las jaulas colgantes eran armazones metálicos que quedaban suspendidos en el aire por un cable. Formaban parte del mobiliario urbano de los ayuntamientos, palacios y cortes de justicia de las ciudades europeas, hasta que poco a poco a finales del siglo XVIII decayó su uso. Era el lugar de honor de aquellos que hubieran cometido alguna acción, que tuviera que servir de escarmiento y ejemplo para el resto del pueblo; o a veces, cuando el pueblo requería justicia sobre algún hecho que hubiera conmovido a toda la comunidad, la manera de manifestar que la autoridad se encargaba de impartirla. El caso es que la víctima, semidesnuda, que quedaba condenada a morir de inanición, tenía que soportar las inclemencias del tiempo. En ocasiones, tenía también que compartir su jaula con gatos salvajes y otros animales que eran azuzados por los torturadores; otras veces, eran las gentes del pueblo los que, entre otras cosas, lo apedreaban.



La cigüeña o cepo, era un método más que de muerte, de castigo por delitos de robo, disturbios o pendencias; aunque en un momento dado se podía tener expuesta a la víctima hasta la muerte, si así se decidía por la corte de justicia. También fue utilizado como método de tortura para conseguir una confesión en las mazmorras de castillos, palacios de justicia o cárceles inquisitoriales. El Cepo era un instrumento que servía para sujetar al reo por la garganta y las muñecas; y según el modelo también por los tobillos, consistente en dos maderos ajustables.A los pocos minutos de su utilización sobre la persona, ésta sufría grandes calambres, primero de los músculos abdominales y rectales, luego de los pectorales, cervicales y de las extremidades. Con el paso de las horas, estos calambres conducían a un continuo e insufrible dolor en abdomen y recto. La víctima quedaba expuesta al público en la plaza de la ciudad, encontrándose a merced del populacho que lo vejaba y goleaba, a veces incluso hasta la muerte, con el beneplácito de la autoridad.

Un ejemplar en la Torre de Londres, casi idéntico al aquí presente, se conoce como la "scavenger's daughter" – la hija del basurero – término cuyo origen se desconoce. La palabra italiana cicogna, "cigüeña", usada para describir este instrumento, es citada por Muratori, quien la atribuye a archivos judiciales venecianos e inquisitoriales romanos y milaneses del período 1550-1650.




El cepo chino:Instrumento de tortura de origen chino, consistente en una caja, generalmente de madera, en la cual se colocaba los pies del torturado los que a través de una manivela, utilizando los principios básicos de la prensa y el tornillo, eran apretados por el verdugo. El dolor de la víctima aumentaba gradualmente desde una simple sensación de presión en el pie hasta convertirse en un dolor insoportable acompañado de trituración ósea podal.



Violón: Instrumento parecido al cepo chino. Los agujeros son para colocar la cabeza y los brazos, de modo que el individuo tiene que soportar el peso y las rozaduras.



Violón de la comadre: Una versión parecida al violón simple que se colocaba al cuello para inmovilizar y causar dolor. Se utilizaba con mujeres acusadas de chismosas y otros delitos parecidos. Se uso, sobre todo, en Suiza y Alemania.



La picota en tonel era una especie de vergüenza pública que se aplicaba sobre todo a los borrachos. Había dos clases de “picotas en tonel”: las que tenían el fondo cerrado, en las que la víctima se colocaba dentro, con orinas y estiércol o simplemente con agua podrida, y las abiertas para que las víctimas caminaran por las calles de la ciudad con ellas a cuestas, lo que les producía un gran dolor debido a su gran peso.



Collares para jugadores de cartas: se hacía llevar puestos estos collares, muy pesados, que humillaban y a la vez acusaban al individuo del tipo de juego.



Collares para jugadores de dados: igual que los anteriores. Para hacerse una idea, estos dados tienen unas dimensiones de unos 10x10x10 cm.



Collares para vagos y renitentes a misa (personas que se resistían a ir a misa): pesados collares que cumplían la misma función que los collares de los jugadores, humillar y culpar. Cada una de las cuentas de ese enorme rosario tiene el tamaño de una naranja, para hacerse idea.



El Sambenito: El sambenito fue creado por la orden Benedictina gracias a las "Reglas de San Benito"(Benito de Nursia). El usado por la Inquisición era una especie de gran escapulario con forma de poncho. Estaba hecho con una tela rectangular con un agujero para pasar la cabeza, que una vez puesta le llegaba al condenado hasta poco más abajo de la cintura por el frente y por la espalda, dejando los hombros al descubierto.

El sambenito solía llevar motivos que aludían a la condena: una cruz de San Andrés en el caso de los delitos leves, demonios y llamas en los delitos más graves que se castigaban con la muerte en la hoguera.
Muchas veces llevaban escrito el nombre del condenado, como en el caso de los famosos sambenitos de la iglesia de Santo Domingo de Palma de Mallorca, que originaron el asunto de los chuetas (personas marginadas por ser familiares de los condenados).

Los reos eran paseados por la ciudad descalzos, vistiendo el sambenito y con un gran cirio encendido en la mano. El sambenito a menudo era expuesto públicamente tras la ejecución de la sentencia para que sirviera de memoria y ejemplo.




Máscaras infamantes: Estos artilugios, que existían con gran profusión de formas fantasiosas y, a veces, francamente artísticas, desde 1500 hasta 1800, se imponían a quienes habían manifestado imprudentemente su descontento hacia el orden, contra las convenciones vigentes, contra la prepotencia del poder o, de cualquier forma, contra el estado de las cosas en general. A través de los siglos, millones de mujeres, consideradas "conflictivas" por su cansancio de la esclavitud doméstica y los continuos embarazos, fueron humilladas y atormentadas; así el poder eclesiástico exponía el escarnio público a los desobedientes y a los inconformistas. La Iglesia castigaba una larga lista de infracciones menores mediante este método.
La inmensa mayoría de las víctimas eran mujeres, y el principio que se aplicaba era siempre el de mullier taceat in ecclesia, "la mujer calla en la iglesia". Muchas máscaras incorporaban piezas bucales de hierro, algunas de éstas mutilaban permanentemente la lengua con púas afiladas y hojas cortantes.






Objetos vinculados al castigo físico y tortura de los reos.

La dama de hierro, que consistía en un gran sarcófago con forma de muñeca en cuyo interior, repleto de púas, se situaba a la víctima y se cerraba, quedando todas las púas clavadas en su cuerpo.



El otro instrumento a destacar es la cuna de Judas, una pirámide de madera o hierro, sobre la cual se alzaba a la víctima, y una vez arriba, se la dejaba caer sobre ella, desgarrando el ano o la vagina.



El potro, es un instrumento de tortura en el que la víctima, atada de pies y manos con unas cuerdas o cintas de cuero, a los dos extremos de este aparato, era estirada lentamente produciéndole la luxación de todas las articulaciones (muñecas, tobillos, codos, rodillas, hombros y caderas). Este método, se tiene constancia que se aplicó durante todo el período que duró la Inquisición en los países de Francia y Alemania; si bien ya se conocía desde mucho antes y por supuesto se utilizaba frecuentemente en las lúgubres mazmorras de castillos, prisiones y palacios de justicia.



Potro escalera: Esta es una variante del potro clásico. Se ataba al reo estirándolo, lo más posible sobre una escalera, a continuación se le quemaba con una antorcha el costado y las axilas, el inquisidor como siempre hacia las preguntas, el suplicio de el preso podía durar días dependiendo de la duración del interrogatorio. Generalmente se morían a causa de la infección de las quemaduras o bien del dolor en los hombros o rodillas que al cabo de las horas se desmenuzaban.



La cuerda: Este método era la variante sencilla del potro, consistía en colocar a la víctima sobre una mesa o en el suelo, con unas cuerdas atadas a sus miembros o cualquier miembro sobresaliente del cuerpo humano y girar dichas cuerdas hasta tensarlas. Tal tensión en la cordada provocaba el estiramiento de los miembros y daba lugar a la luxación de las articulaciones.



La “horquilla del hereje” estaba compuesta por cuatro puntas afiladísimas que se clavaban profundamente en la carne, bajo la barbilla y sobre el esternón. La horquilla impedía cualquier movimiento de la cabeza, pero permitía que la víctima murmurase, con la voz casi apagada (lo que se conocía como “abiuro”, palabra que se halla grabada en un lado de la horquilla). Si se negaba a confesar , el hereje, considerado como “impenitente”, era vestido con el traje característico y conducido a la hoguera, con la condición de la Extremaunción, en el caso de la Inquisición española. Si el inquisidor era romano, el hereje era ahorcado o quemado.



Collar de púas punitivo: Provisto de pinchos en todos los lados, este instrumento, que pesa más de cinco kilos, se cerraba en el cuello de la víctima, y a menudo se convertía en un medio de ejecución: la erosión hasta el hueso de la carne del cuello, hombros y mandíbula, la progresiva gangrena, la infección febril, la erosión final de los huesos mismos sobre todo de las vértebras descarnadas conducen a una muerte segura en poco tiempo.



Cinturón de San Erasmo (San Telmo): Los instrumentos provistos de pinchos en su interior eran, y en determinados ambientes aún lo son, predilectos de religiosos que se mortifican. Lógicamente, los mismos instrumentos servían también para la tortura inquisitorial y punitiva.

Su funcionamiento era el siguiente: se ceñía en torno a la víctima, y rápidamente empezaba a herir y lacerar la carne con cada pequeño movimiento, con cada respiración. Luego llegaba la infección, la putrefacción y la gangrena. No pocas veces, el verdugo agregaba gusanos carnívoros en la parte descarnada que se introducían royendo hacia el interior del abdomen.

Los orígenes de la denominación “San Telmo” son inciertos. Nada se conoce con certeza acerca dl¡ martirio de San Erasmo (o San Telmo) en el año 303 a. s. C.. Es probable que se refiera a una alusión a los “fuegos de Santelmo” el espectacular fenómeno electromagnético que envuelve los mástiles y puntas de los veleros de chispas y luces bajo ciertas condiciones atmosféricas. El empleo y los efectos de este objeto son obvios y no necesitan comentarios.




El péndulo: Solía ser la antesala de posteriores torturas. Su función consistía básicamente en la dislocación de los hombros doblando los brazos hacía atrás y después hacia arriba. La víctima atada de manos en la espalda era izada por las mismas. Para provocar un mayor sufrimiento se le colocaban en los pies una pesas.



La Cuna: Esta se podría considerar una forma evolucionada de la cuna de Judas. Se obligaba a la víctima a sentarse sobre una cuña de metal extremadamente afilada, el peso del cuerpo unido al de las cadenas y bolas pesadas que se le unían a los tobillos causaban que se fuera clavando el metal en el cuerpo hasta que causaba la muerte, normalmente por desangramiento aunque en algunos casos si el cuerpo se torcia podía incluso amputar una extremidad.



La tortuga: Comprimir o triturar bajo una madera con peso encima (también llamado la tortuga) era un método común entre los ingleses.

En esta foto del siglo XVI se muestra la “tortuga” con su variación de la “balanza”, un tronco puesto en la espalda de la victima para que el espinazo se quebrara bajo el peso. En la parte superior del dibujo se puede apreciar un preso en el cepo. Esta tortura es protestante.




La Silla de Interrogaciones: Cientos de afilados clavos componían el respaldo y asiento de esta silla de torturas. clavos que por medio de una especie de cinturones que podían presionar al torturado a la silla se clavaban en toda la parte de atrás del cuerpo. Para que el sufrimiento fuese mayor se colocaba bajo la silla de hierro ascuas ardiendo que calentaban la silla y quemaban a la víctima.



Las garras de gato (cosquilleador español): Consistía en arrancar al prisionero la carne a tiras llegándola a separar de los huesos. Para dicho proceso se utilizaba una especie de rastrillo.



Strappardo (Garrucha en la inquisición española siglo XV): La técnica de este método era atar las manos del acusado a su espalda para luego pasarle un largo palo (llamado Strappardo) por el nudo de las muñecas, el cual, con un ingenioso mecanismo de poleas, izaba al condenado unos metros. Para infringir aún más dolor, solían atar a los pies o a los testículos de las víctimas grandes pesos.

Generalmente esto bastaba para conseguir sus fines aunque, en casos extremos, llegaban a soltar bruscamente las poleas, con lo que el condenado literalmente caía hacia el suelo impulsado por su propio peso más la carga adicional atada a sus pies o testículos. A pocos centímetros del suelo frenaban súbitamente la caída.
Este sistema de soltar al condenado parándole con brusquedad en su caída se llamaba “Squassation” y con mucha frecuencia lo que provocaba era la dislocación de los brazos de las víctimas.




Rueda de la verdad: Con esta rueda el verdugo conseguía desorientar y aturdir en unos minutos. Tras el aturdimiento se colocaba un brasero bajo la rueda con el fin de castigar al condenado quemándolo cada vez que giraba. En algunos casos llegaron a colocar una tabla cubierta con clavos que desgarraban la piel a cada vuelta de la rueda.



El Horno de Pie: Otro de los métodos favoritos de los torturadores de la Inquisición era atar a los acusados a una pequeña mesa de madera, impregnar los pies (que sobresalían de la longitud de la mesa) con grasa animal y acercar la mesa a una horno abierto, con lo que la grasa entraba en ignición infligiendo gravísimas quemaduras e intenso dolor.
Uno de los templarios que sufrieron esta tortura, Bernard de Vaho, fue llevado ante la corte de justicia llevando una pequeña caja que contenía sus propios huesos del pié, totalmente calcinados.




El brasero: Simple pero efectivo. Se calienta en una fragua o brasero un hierro al rojo vivo y se quema con él diferentes partes del cuerpo del torturado, al cual se le mantiene inmovilizado. El torturador puede actuar sobre distintas zonas del cuerpo donde el dolor es más o menos intenso, prolongando el sufrimiento como desee.



El Tormento de la Rata: Sobresalía por su refinamiento. También fue utilizado por la Inquisición, pero su existencia se conoce desde los tiempos de la antiguo China. Consistía en colocar una rata sobre el abdomen del torturado, encerrada en un jaula abierta por abajo, mientras los verdugos la hacían rabiar con palos ardiendo, de forma que el animal tenía que buscar una salida y a mordiscos abría un túnel en las tripas del condenado, llegando, a veces, a salir por otro lado del cuerpo.



El yelmo: Una variante del Tormento de la Rata. Se coloca al individuo un yelmo de metal de unos 40 cm de diámetro y se introducen en su parte superior un par de ratas hambrientas, que se alimentarán vorazmente con la cara de la víctima. Existen variantes para otras partes del cuerpo, como por ejemplo los genitales.



Taburete Sumergible: Utilizado principalmente en mujeres acusadas de brujería. La silla era sumergida bajo el agua quedando la persona torturada inmovilizada bajo el agua sin poder respirar, el inquisidor decidía cuanto tiempo debía permanecer el torturado o torturada sumergido, el proceso solía repetirse hasta que el torturado moría ahogado o confesaba, caso en el cual se ejecutaba al acusado ahorcándole o en la hoguera más tarde.



El nadador: Este método era muy similar al taburete de inmersión, la víctima era atada de pies y manos y arrojada al agua para ver si sumergía. Si la inocente víctima se hundía y se ahogaba demostrando así su inocencia y lo acogida por Cristo. Si flotaba era un claro signo que las aguas bautismales de Cristo habían rechazado y rápidamente era llevado al patíbulo.

El aplastapulgares: Simple y muy eficaz, el aplastamiento de los nudillos, falanges y uñas es una de las torturas más antiguas. Los resultados, en términos de dolor infringido con relación al esfuerzo realizado y al tiempo actorios”. consumido, son altamente “satisfactorios”.

Éste era uno de los muchos instrumentos utilizados en lo que se
conoce como “las preguntas dolorosas”, que consistían en la extracción
de confesiones por medio de torturas descritas e ilustradas con precisión
científica, hasta los mínimos detalles: el grosor de cuerdas, el número de
eslabones de las cadenas, la longitud de clavos y tornillos, los grados de
mutilación permanentes permitidos para diferentes grados de
acusaciones, etc.

En el año 1629 en Prossneck, Alemania, dejaron a una mujer con éstos
tornillos puestos de diez de la mañana a la una de la tarde mientras que el
torturador y sus colaboradores fueron a almorzar.




Aplastapiernas (Divisor de rodilla):Su objetivo no era la muerte sino infligir el mayor dolor posible y dejar inútil por completo a la persona. A medida el artefacto se contraía quebraba y cercenaba la pierna de la persona por la rodilla. 



Las botas o cuñas: Era una versión del “aplastapiernas”. Las piernas de la victima se colocaban entre dos planchas de madera que se unían por medio de cuerdas. entre las piernas se situaban unas cuñas que la persona que realizaba la tortura golpeaba repetidamente con un martillo, se podían introducir hasta una docena de estas cuñas, cada vez que se realizaba un golpe preciso los huesos de las piernas se fragmentaban. Cuando se retiraban las tablas lo que antiguamente eran las piernas se convertía en un amasijo de huesos rotos que tan sólo la piel impedían que cayeran al suelo.



Nota: Toda la gente asesinada o castigada por la inquisición se encuentra en la lista: Crímenes del cristianismo.

 

 

 


Fuentes:

https://www.ateoyagnostico.com/

La Inquisición (wikipedia)

La inquisición Española (wikipedia)

https://www.scribd.com/doc/2665179/Torturas-de-la-Inquisicion-I

https://www.portalplanetasedna.com.ar/torturas.htm

https://letrastorcidas.blogspot.com/2009_03_01_archive.html

https://servicios.eldiariomontanes.es/patrimonio/museos/mus3.htm

https://html.rincondelvago.com/instrumentos-de-tortura.html

https://historiasconhistoria.es/2008/07/07/el-cilicio-bendito-dolor.php

https://www.marigoogle.com/files/metodos_de_tortura.pdf